La investigación analizó la opinión de la ciudadanía en relación al sistema capitalista y el papel de las empresas con propósito para promover modelos económicos más sostenibles.
La sociedad española muestra un claro consenso en que el capitalismo, como modelo económico y social, necesita una profunda transformación hacia un sistema que se preocupe más por las personas y el planeta. Pero existe una clara desconfianza en que los organismos y entidades del actual sistema acometan el cambio necesario para avanzar hacia un nuevo modelo que aporte un impacto social y ambiental positivo y prosperidad económica. Así se desprende de los resultados del estudio que se titula Propósito y reinvención del capitalismo.
Según este estudio, realizado a partir de una consulta a más de 1.000 personas con amplia representación geográfica y socioeconómica del país, la ciudadanía española suspende con una media de 4 sobre 10 al sistema socioeconómico actual, una valoración compartida por más de la mitad de los consultados. Además, 8 de cada 10 personas consideran que el capitalismo necesita mucha o bastante transformación. pensando en los efectos para el conjunto de la sociedad y el planeta.
Las áreas en las que la ciudadanía afirma estar más preocupada por los impactos negativos del sistema son, en este orden: cuidar a las personas (tener un trabajo decente y una vida digna, el cuidado de la salud, la lucha contra la pobreza y la desigualdad social, y una educación accesible); cuidar el entorno (garantizar el agua potable, fomentar las energías limpias, cuidar los océanos y ríos, combatir el cambio climático y proteger los ecosistemas naturales); y cuidar la economía (sobre todo, buscar la equidad social y la adecuada distribución de los recursos, y a cierta distancia favorecer la industria, la innovación y el desarrollo tecnológico).
Cabe destacar que los resultados de la consulta muestran de nuevo aquí un amplio consenso, sin diferencias intergeneracionales ni socioeconómicas, aunque sí se percibe un sesgo de género: las mujeres transmiten de una forma más contundente su preocupación por los temas sociales y ambientales.
«Este tipo de investigaciones, en colaboración con distintos actores que ya realizamos en España y pretendemos replicar a nivel europeo, nos permite conocer cómo la ciudadanía está valorando a las empresas con propósito y cuál es su posición respecto al sistema económico actual; y así ofrecer un nuevo panorama para las organizaciones que buscan mejorar su posición estratégica en materia de sostenibilidad e impacto positivo».
Alejandro Álvarez-Nobell, investigador y profesor acreditado contratado doctor del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga.
Crisis de confianza en las instituciones
En cuanto a la respuesta del sistema ante estas preocupaciones, 7 de cada 10 personas lo valoran con un suspenso (3,5 sobre 10). Y preguntados por su confianza en el papel que pueden ejercer en este sentido las instituciones y organismos, el único que aprueba es el ámbito educativo (escuelas, universidades, sistema científico), que obtiene una media de 5,2 sobre 10: el 42% destaca su papel relevante para que el sistema capitalista se transforme hacia un modelo que vele por el impacto positivo en la sociedad y el planeta.
En el lado opuesto se sitúan los partidos y líderes políticos, así como la Iglesia y los líderes religiosos, que obtienen las puntuaciones más bajas, por debajo de 3 sobre 10. También los líderes empresariales, el sector privado en su conjunto y la Administración Pública obtienen puntuaciones inferiores a 4 sobre 10, y rozando el aprobado se encuentran los organismos internacionales, los movimientos ciudadanos y los medios de comunicación.
“Las instituciones sufren una notable crisis de legitimidad, y esto es un claro reflejo de la necesidad de fomentar nuevos modelos de liderazgo. En este contexto, los movimientos ciudadanos se consolidan como referentes de agrupación autoorganizada, frente al modelo de lo individual, que es intrínseco al sistema socioeconómico actual, y esa mayor confianza en los organismos supranacionales. La credibilidad se deposita en lo colectivo y en la relación global-local”.
Claudina Caramuti, cofundadora y directora de desarrollo de CANVAS Estrategias Sostenibles.
Empresas con propósito: una demanda social
«Vivimos un momento de quiebre, en la que se está gestando una nueva genética de los negocios, que repercute fuertemente sobre la confianza y la reputación de las organizaciones y se constituye a su vez, como una oportunidad para dar respuesta a necesidades globales que marca la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Las empresas con propósito, llamadas a conformar el cuarto sector de la economía y alineadas a perspectivas como el triple impacto y el capitalismo de los stakeholders están protagonizando una transformación midiendo y gestionando sus impactos económicos, pero también sociales y ambientales».
Belén Barroso, doctora por la Universidad de Málaga en Comunicación para organizaciones sostenibles, Directora la Consultora Cronopios Comunicación
En el ámbito empresarial, una de las transformaciones más demandadas es el paso de compañías cuyo objetivo es exclusivamente el beneficio económico, a empresas con propósito, es decir, que equilibren su cuenta de resultados con generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. En este sentido, si bien no existe un conocimiento claro entre la ciudadanía de lo que significa una empresa con propósito, 7 de cada 10 personas considera totalmente o bastante necesario que las empresas velen por ese triple impacto social, ambiental y económico.
“Hasta el 74% de la sociedad española cree que es muy necesario que existan empresas con este nuevo modelo para la transformación del sistema, pero no termina de confiar en que este modelo sea actualmente una realidad. Las personas quieren creer en este modelo de empresa con propósito, pero dudan de si es real o simple fachada«.
Isabel López, cofundadora y directora general de CANVAS.
En cuanto a los sectores que se consideran clave para la transformación, las valoraciones medias más altas, con alrededor de 6 sobre 10, las obtienen los relacionados con energía, transporte, tecnología e industria química y farmacéutica. En un segundo bloque se sitúan sectores como la alimentación, telecomunicaciones, turismo, comercios, construcción, textil y las industrias extractivas. Y en el bloque con una valoración más baja respecto al papel que van a desempeñar en el futuro se ubican los servicios financieros, seguros y servicios profesionales.
«Pese a un aparente desinterés y clima apático, la evidencia demuestra que la ciudadanía está asumiendo un rol más activo y polinizador, alentando a las organizaciones a repensar su propósito y el sentido del éxito más allá de las dimensiones puramente financieras de sus modelos y hacia un sistema económico más inclusivo y sostenible».
Isabel Ruíz-Mora, investigadora y profesora titular del Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad de Málaga.
Finalmente, preguntados por dónde deben invertir las empresas con propósito, los ciudadanos eligen como primera opción, con amplia mayoría (36,2%), la creación de empleo y la prosperidad, un concepto que se repite como hilo conductor de todo el informe.